APARICIONES (ANTOLOGIA DE ENSAYOS)
Autor: GARCIA PONCE JUAN
Editorial: FONDO DE CULTURA ECONOMICA
Tema: Literatura
Subtema: Literatura
Año de Publicación: 1994
Páginas: 535
Formato: 14.50 x 21.80 x 3.5
ISBN: 9789681627492
Reseña:
En el principio era Contemporáneos. Isla de lucidez en un mar de confusiones, los ha definido Octavio Paz. Y su orgulloso desarraigo, la intemperancia y la penetración crítica, la voluntad de ignorar una realidad nacional fantasmagórica y adentrarse en los caminos secretos de la poesía y el pensamiento sin ningún lastre inútil, con la herida y la ironía elegantemente abiertas, hizo real la literatura y la realidad nacional para la mayor parte de mi generación. Con excepción de Octavio Paz, durante mucho tiempo para nosotros hablar de literatura mexicana era hablar de ese grupo de voces disímbolas, del que cada quien recogía alguna como se toman los autores favoritos, como una constante compañía y una propiedad personal: Villaurrutia, Owen, José Gorostiza, Novo, Pellicer, Ortiz de Montellano, Owen, Villaurrutia_ Un poco más lejos, con su obra dispersa, de más difícil acceso, brillaba con el resplandor negro de su leyenda Jorge Cuesta. Mirando hacia ellos quedaba lejos el mar de confusiones de unas letras mexicanasprogresistas y bien intencionadas con muy pocas letras y una insoportable cantidad de hueca afirmación nacional. Generación callada, tal vez silenciada demasiado pronto, convertida en pasado antes de tiempo, pero cercana en su lejanía, Contemporáneos tenían también el prestigio de su soledad. La mayor parte de sus miembros era tan sólo sus libros para nosotros e incluso la mayor parte de éstos, igual que las revistas que crearon, eran de difícil propiedad. Así llegaron a formar una tradición casi secreta. Pero ahora esa tradición secreta empieza a abrirse definitivamente, y su luz vuelve a deslumbrarnos. Reunidos los poemas y ensayos de Cuesta, su leyenda entra a una nueva dimensión ante la espléndida realidad de su obra; la publicación de las Obras de Villaurrutia reafirma su estatura como poeta, aclarando su camino. Escribir sobre ellos es un reencuentro y un reconocimiento, pero también una elección. Todo viaje hacia Xavier Villaurrutia termina en Nostalgia de la muerte, su libro definitivo; pero si Villaurrutia es antes que nada, por encima de todo, ese poeta íntimo y sobrecogido de la presencia de la muerte, del temor a la muerte y de la amistad con la muerte a través de un trato interior y cotidiano que se convierte en nostalgia, es también el escritor que, vigilándose como poeta, afina lenta y cuidadosamente su vida y su estilo, busca sus temas y su lenguaje, y va dejando las señales de esa búsqueda a lo largo de toda su obra, una obra cerrada y estricta a la que se penetra con la sensación cada vez más clara de que, dentro de todas sus diversas ramificaciones, nos encontramos ante un diario íntimo en el que el artista ha grabado poco a poco su relación con el mundo. Pocas obras tienen la unidad interior dentro de su diversidad que posee la de Xavier Villaurrutia. Sus poemas y ensayos, sus restringidos intentos de ficción, sus aladas notas críticas y comentarios diversos dejan ver siempre el mismo modo espiritual. En ellos se suman y conjugan, junto a una poderosa corriente de angustia y nostalgia secretas que con mucha frecuencia se convierte en sensación de irrealidad, una irónica y delicada voluntad de juego, en la que la inteligencia afirma y destruye a su objeto, un firme propósito de construirse un ámbito artístico propio enfrentado a la realidad inmediata y una despiadada, aunque siempre amable, conciencia crítica. Riguroso y ceñido, en el terreno de la crítica, dice también muchas veces por lo que calla, pero cuando sus flechas apuntan a un blanco directo no falla nunca. El conjunto de sus páginas deja ver una negación de la realidad inmediata no exenta de cierta perversidad; pero es una negación que busca encontrar otra realidad, la que finalmente nos entregarán sus obras definitivas. La única excepción dentro de este mundo cerrado, si descontamos algunas de sus piezas breves, sería el teatro. El teatro de Villaurrutia se separa del resto de sus obras. A pesar de la elegancia buscadamente artificial de su lenguaje, es un teatro en el que las situaciones, los conflictos y los teatros elegidos para sufrirlos, dejan libre entrada a ese mundo que el poeta parece empeñado en negar en todas sus demás obras; dejan entrar, en una palabra, a una mediocre realidad nacional. Es por eso que estas obras señalan el único momento en que Villaurrutia parece ceder a ella. La tradición de la ruptura que Villaurrutia encarna con tanta justicia y con tanta agudeza rastrea rastrea en sus ensayos, se quiebra brevemente en estas débiles páginas. Pero no debemos culpar sólo al poeta por este signo de renuncia oculto tras la apariencia de la incapacidad. Quizá su explicación más adecuada se encuentra en las páginas críticas que el mismo Villaurrutia dedicó al fenómeno teatral. En ellas, el artista reconoce al teatro como la forma literaria de más directo contacto con el público y que más requiere el apoyo de éste. No es difícil ver en sus experimentos con esa forma un inútil y más bien melancólico intento de acercarse a ese público que permaneció ajeno a sus trabajos más importantes. Pero al volverse hacia él en busca de aliento, el artista se dejó ganar por la necesidad de hablar el lenguaje de los otros. Así, su voz deja de ser suya y pierde su tono. Nos es posible encontrar, sin embargo, en esta circunstancia fortuita un camino que nos lleve hacia sus otros registros, los más auténticos y verdaderos. La obra de Villaurrutia es una obra realizada, sufrida y vivida desde la soledad. Soledad exterior, en el sentido que fue creada de espaldas al público, para él mismo y para un reducido grupo de amigos y seguidores; pero también, lo que es mucho más importante, soledad interior, en el sentido de que desde el primer momento el poeta se reconoce en su discreta separación de las cosas y busca su verdad en un puro mundo interior. El camino hacia el encuentro de ese mundo es la obra de Xavier Villaurrutia y ahora que tenemos su imagen encerrada en un espléndido y perturbador grupo de poemas toda su obra debe verse en relación con él.